El pepino es hoy en día una de las hortalizas más populares en muchos países y de mayor importancia económica en España, siendo el tercer cultivo en importancia en Almería, alcanzando una superficie de 5.600 hectáreas aproximadamente en la última campaña.  (David E Meca – estación Experimental de Cajamar).

Para conseguir la mayor productividad y asegurar el bienestar de la planta se debe asegurar una temperatura de 20 a 28ºC y un nivel de humedad entre 50- 80%. Además, la radiación solar es otro factor que resulta determinante en el cultivo.

En los meses más cálidos, dicha radiación suele ser muy elevada, incrementando la temperatura y a su vez, el nivel de estrés que sufren las plantas a causa del fuerte calor, sumado a las variantes de humedad tras modificar estrategias de riego solapadas a paliar estrés estival.

Generalmente, las principales fisiopatías en cultivo del pepino que son causadas por estas condiciones ambientales extremas dan lugar a daños importantes sobre el aspecto comercial del fruto.

Temperaturas altas superiores a 40ºC detienen el crecimiento de la planta. Del mismo modo, valores de humedad relativa demasiado bajos pueden causar sintomatología en los frutos y por debajo del 40% puede causar la muerte de la planta.

En las plantaciones de pepino de Almería, se observa con mucha frecuencia una marchitez transitoria, plantas entristecidas como consecuencia de una humedad relativa muy baja, dando lugar a síntomas como amarilleo, hojas mustias y curvadas. Incluso, muchas veces se queman las yemas terminales. Este problema ocurre principalmente porque las plantas no tienen la capacidad de contrarrestar la cantidad de agua que transpira. Es decir, es mayor la evapotranspiración que la cantidad de agua que succiona.

Marchitez en pepino

                             Marchitez en pepino

 

Déficit hídrico en pepino

                                   Déficit hídrico en pepino

 

En cuanto riego, el pepino es una hortaliza con altas necesidades hídricas y muy sensible a aportes irregulares de agua. Un déficit hídrico especialmente durante las etapas de floración y comienzo del desarrollo del fruto se traduce en abortos de frutos, cuyos síntomas principales son pérdida de consistencia, deshidratación de la piel, curvaturas o frutos enganchados.

 

 

 

A su vez, un estrés por exceso de agua provoca clorosis en las partes jóvenes, asfixia radicular, así como aborto de flores y disminución de la producción y calidad de los frutos.

El no acorchado térmico y de humedad, teniendo diferencias significativas entre día y noche favorecen la aparición de otra fisiopatía conocida como “piel de lagarto”, a modo de micro cracking.

 

Piel de lagarto en pepino

                                       Piel de lagarto en pepino

Ante los efectos negativos producidos por las condiciones ambientales extremas en zonas de mayor producción de pepino, desde Cultifort se propone una estrategia basada en bioestimulantes, concretamente en la acción precisa de, BVC 2021, que ayudará a la planta a evitar situaciones de estrés manteniendo un equilibrio correcto del agua, evitando el aborto de las flores, a la vez que se potencia el cuajado y engorde de los frutos.

BVC 2021

Para mantener el equilibrio hídrico, las plantas a nivel celular desarrollan un mecanismo de ajuste osmótico como respuesta de resistencia. Éste consiste en una disminución del potencial hídrico en los tejidos vegetales, lo cual permite la entrada de agua y, por tanto, no se presenta una disminución en el turgor o en la productividad fotosintética.
El pepino se presenta como uno de los cultivos más sensibles a estas condiciones adversas, no adquiere la capacidad de mantenerse osmóticamente regulada por si sola. Esto provoca que la planta presente dificultades para adaptarse a cambios ambientales característicos de la zona produciéndose el aborto de las flores de pepino durante su desarrollo y/o fisiopatías causadas por dichas condiciones.

Las algas marinas incluidas en BVC 2021 desempeñan dos funciones de interés: osmorregulación y fitorregulación (regulación del crecimiento). Éstas contienen sustancias osmóticamente activas (polisacáridos, alginato, manitol, glicerol, sorbitol, prolina y betaína ) que mejoran la eficacia del uso del agua en el interior de las células permitiendo mantener la turgencia de la pared celular y desarrollar correctamente su actividad fisiológica. Además, presentan un potente efecto antioxidante, contribuyendo a eliminar radicales libres bajo condiciones de estrés ambiental.
En relación con el efecto fitorregulador, se encuentra la capacidad del extracto de algas de inducir a síntesis de compuestos reguladores de crecimiento (o fitorreguladores) en los cultivos, en este caso, citoquininas. Éstas promueven la división celular en tejidos no meristemáticos y formación de órganos, retardo de la senescencia y desarrollo de yemas laterales. También participa en el mantenimiento de niveles adecuados de agua en la planta (turgencia celular), reduciendo así el estrés hídrico.