PRODUCTOS RESIDUO CERO

El concepto “Residuo Cero” implica la necesidad de llegar al final del cultivo con un nivel de residuos por debajo de los límites máximos de residuos establecidos y con una cantidad de sustancias químicas detectables que cumplan con la legislación, sin embargo, cambia la manera en la que llegamos a ese concepto ya que en la alternativa ecológica todos los insumos deben de ser ecológicos (por tanto, se presupone que no habrá un residuo detectable al final del cultivo), sin embargo en los cultivos Residuo Cero, los insumos no tienen la necesidad de ser ecológicos, si bien la parte dedicada a protección de cultivos debe de controlar muy bien los plazos de seguridad para que las materias activas estén por debajo de los LMR (Límite máximo de residuos) establecidos por Europa (o por los propios supermercados).

Los puntos en común entre la agricultura ecológica y Residuo Cero son claramente una apuesta por la sostenibilidad, trabajando con el ecosistema y no contra él. La gran similitud que tienen estas dos formas de producir es que ambas deben de llegar al consumidor sin ningún tipo de residuos (insecticidas, fungicidas, herbicidas…), pero producir con un sello ecológico conlleva más restricciones, como, por ejemplo: no se pueden utilizar ni insecticidas ni fungicidas de origen sintético, todos ellos deben ser de origen natural, al igual que los fertilizantes, deben ser de origen orgánico, no mineral. Tampoco se puede utilizar herbicidas.

En los productos Residuo Cero, la única regulación es que el producto final no tenga residuos. Es decir, se puede utilizar herbicidas de la misma manera que un cultivo convencional (siempre y cuando no haya residuos de herbicida en cosecha), al igual que también se puede fertilizar de una manera convencional, con fertilizantes minerales. Entonces, ¿se pueden utilizar productos fitosanitarios de origen sintético en Residuo Cero? La respuesta es “”. La dificultad es cómo y cuándo aplicarlos para que la cosecha no tenga residuos. Para ello es importante conocer la degradación de los productos fitosanitarios y en qué estados fenológicos del cultivo se puede aplicar. Por supuesto también se puede utilizar productos fitosanitarios permitidos en agricultura ecológica.

Aquellos agricultores que son capaces de manejar sus cultivos en Residuo Cero podrán optar a comercializar sus productos en exportación o a la gran distribución, dónde los controles en términos de residuos son más estrictos que en los mercados locales o convencionales. Lo que suele implicar también un aumento de la rentabilidad.

El consumidor final no va a notar la diferencia, a nivel organoléptico, entre un producto que esté cultivado en una gestión Ecológica o de Residuo Cero, el sabor o el color del producto final se puede deber a un conjunto de factores (clima, suelo, porta injertos, variedad del cultivo…)

Por otro lado, hay muchos productos Residuo Cero compuestos por materias activas declaradas hoy como no ecológicas debido a su procedencia, sin embargo, no dejan ningún residuo perjudicial para el medio ambiente. Ahí es donde entran en juego todas estas soluciones de Residuo Cero que complementan la acción de los productos convencionales, incluso llegando en muchas ocasiones a sustituirlos.

Aunque la agricultura ecológica es un camino muy interesante, lo cierto y verdad es que no todas las zonas son tan benévolas para prescindir de los insumos convencionales, y por esa razón debemos de jugar con productos certificados en Residuo Cero que nos permiten mantener nuestro cultivo en las mejores condiciones.

La mayor parte de los insumos agrícolas que se usan en las explotaciones de agricultura de residuo cero se elaboran, por lo general, a partir de materias primas de origen natural.