Las plantas se conforman, principalmente, de carbono (C ), hidrógeno (H), oxígeno (O), nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), calcio (Ca), magnesio (Mg) y azufre (S). El carbono es obtenido del CO2 atmosférico, mientras que el hidrógeno y el oxígeno se encuentran en el agua (H20). El nitrógeno, el fósforo el potasio, el calcio, el magnesio y el azufre se obtienen de las sales en disolución en el suelo, que debe ser abonado si éstas no llegan a las cantidades necesarias para el buen desarrollo de nuestro cultivo.

A efectos de la nutrición vegetal, el nitrógeno, el fósforo y el potasio (NPK) se consideran los elementos principales, por ser los que se requieren en mayor cantidad.

El calcio, el magnesio y el azufre se consideran elementos secundarios, siendo necesaria su complementación en función del cultivo, el terreno y el agua de riego.

Estos elementos (principales + secundarios) conforman el 99.5% del peso seco de las plantas, lo que significa que aún existen otros elementos que conforman la materia vegetal (el 0.5% restante), aunque sus cantidades relativas son  muy bajas, del orden de partes por millón (mg/l) o menores.

Estos elementos son los conocidos como microelementos, elementos traza u oligoelementos, entre los que cuentan el boro (B), el cobre (Cu), el cobalto (Co) (aunque no suele usarse en abonos por estar en cantidades suficientes en la  mayoría de suelos), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el Molibdeno (Mo) y el zinc (Zn). De forma relativamente reciente (2004) se ha demostrado la esencialidad del níquel (Ni), pero solo en ciertas especies y en condiciones poco frecuentes.

Los microelementos se conocen también como elementos esenciales, por ser absolutamente necesarios para el desarrollo vegetal y tener funciones específicas en las que no son reemplazables.

Todo esto hace que, a pesar de ser componentes minoritarios de las plantas, se requiera su abonado en casos de carencia, puesto que su defecto provoca que la planta no pueda realizar funciones vitales para su desarrollo.

Existen elementos, como el silicio (Si) que, a pesar de no ser esenciales, realizan funciones que benefician a la planta.

Finalmente, es muy importante que el suelo contenga materia orgánica, que mejora la estructura y las cualidades del mismo, además de aportar los elementos previamente comentados.

En la próxima edición se hablará de la ley del mínimo, que explica porque un cultivo bien nutrido en todos los elementos menos uno o unos pocos funcionará igual de mal que si no estuviera bien suministrado en ningún elemento.

 

síntomas de deficiencia nutricional