España es el tercer productor a nivel mundial de fresón, siendo Huelva la principal zona productora a nivel nacional, debido a la suavidad de las temperaturas invernales que propician una actividad vegetativa casi ininterrumpida a lo largo de todo el año.

La planta, que proviene de viveros de Castilla y León (Segovia, Ávila y Valladolid), se desarrolla en los meses de primavera-verano, atravesando un periodo de vernalización durante el cual acumula el número de horas de frío necesarias para que posteriormente se induzca la floración. Una acumulación de horas de frío insuficiente origina un desarrollo débil de las plantas, que dan frutos blandos y de vida comercial reducida. Un exceso de frío acumulado, por otra parte, da lugar a producciones más bajas, un gran crecimiento vegetativo y la aparición de estolones prematuros.

Durante el otoño y con la bajada de las temperaturas, se produce el trasplante en las zonas productoras de frutos, sometiendo a las plantas a una serie de condiciones de estrés provocadas por el arrancado (del vivero), manipulación y transporte hasta la zona de producción.

Tras el trasplante, las plantas de fresón han de desarrollar nuevas raíces y la emisión de hojas empieza de forma más o menos rápida, dependiendo de la temperatura incidente. Si esta es elevada, se produce un solapamiento de los procesos de formación de nuevas raíces y la emisión de hojas y ramilletes florales, lo que puede repercutir en una reducción importante del tamaño del fruto. Por el contrario, si la temperatura no es elevada, la planta tiene aun un periodo más o menos largo para emitir el nuevo sistema radical y comenzar el nuevo periodo de inducción floral que tiene lugar tras la plantación en el terreno definitivo.

Tras la primera floración y una vez la planta comienza a fructificar, las temperaturas inferiores a 12ºC son perjudiciales para la buena maduración del fruto, dando lugar además, a frutos deformados. La temperatura óptima para producir fresones de calidad se sitúa entre los 14 y los 21ºC. Por encima de este rango, la maduración y coloración del fruto se produce de manera muy rápida, impidiendo que este alcance un tamaño comercialmente apto. Respecto al fotoperiodo, para garantizar una correcta maduración de la fruta, las plantas deben tener entre 8 y 10 horas de luz al día, o incluso más. Esto se debe a que el fresón es una planta que moviliza azúcares continuamente, necesitando por tanto la energía procedente de la luz solar para poner en marcha todo el complejo mecanismo de la fotosíntesis.

Conviene resaltar que a pesar de su alto contenido en compuestos fenólicos, los frutos rojos son muy perecederos, es decir, tienen una vida post-cosecha muy corta. Concretamente, el fresón tiene una vida máxima de 7 a 10 días. Además, son frutos que se caracterizan por su alta susceptibilidad a los daños mecánicos y a la invasión de algunos organismos patógenos.

Por todo ello, el cultivo de berries y, particularmente de fresa, ha sido siempre de gran exigencia en productos y soluciones nutritivas de alta calidad para lograr una cosecha exitosa y una alta rentabilidad, por lo que Cultifort se ha centrado en el desarrollo de productos específicos para cada etapa de desarrollo este cultivo.

En las primeras fases de desarrollo radicular y vegetativo son de vital importancia aplicaciones  radiculares con MICROVITAL-L, con el que conseguiremos: mejorar la estructura y fertilidad del suelo, aportar micronutrientes y movilizar los macronutrientes presentes en el suelo, incrementar la capacidad de intercambio catiónico (CIC) y la concentración de materia orgánica. Pero sobre todo, MICROVITAL-L mejora sustancialmente el desarrollo de microorganismos beneficiosos del suelo gracias a su alto poder prebiótico.

Si además de ello, partimos de una plantación en lomo viejo o de condiciones de encharcamiento o alta humedad, debido a las posibles lluvias a lo largo del ciclo del cultivo, aconsejamos la aplicación de OXIFORT para solucionar las condiciones de reducción y asfixia radicular, liberando lenta y gradualmente el oxígeno disuelto en el agua, aireando el suelo, dándole esponjosidad y previniendo frente al desarrollo y proliferación de hongos patógenos anaerobios.

Las aplicaciones con SPIRALIS LONG LIFE resultan de vital importancia para garantizar al máximo la sanidad del cultivo, desde el momento del trasplante hasta la mejora de la vida útil en post-cosecha. Con SPIRALIS LONG LIFE se consigue un mejor establecimiento del cultivo gracias a que funciona como una barrera física frente al estrés abiótico, mejorando las condiciones sanitarias de la planta y haciendo que esta pueda destinar más metabolitos a la formación de nuevas raíces y a la emisión de hojas y ramilletes florales. Por otro lado, se ha constatado su efectividad para prevenir frente al Oidio y para mejorar la vida post-cosecha frente a podredumbres del tipo Botrytis o Rhizopus.

Para potenciar la floración y mejorar el cuajado de frutos, además de mantener un buen crecimiento vegetativo, son recomendables las aplicaciones con BVC 2021, ya que la sinergia entre las algas en emulsión y los aminoácidos presentes en su composición, más el nitrógeno y los azúcares reductores que también formula, promueven el inicio de la actividad fisiológica de la planta, estimulando la formación de hojas y flores, mejorando la calidad de los frutos y adelantando su maduración. Su formula ha sido mejorada mediante el complejo CULTITEK, potenciando aún más su efecto sobre la biosíntesis de clorofila y la actividad fotosintética, lo que hacen de BVC 2021 un aliado imprescindible incluso bajo condiciones adversas.

Conjuntamente con BVC 2021, consideramos FERKOLOR como una formulación óptima para promover la formación de frutos con mayor calibre, coloración, firmeza y calidad. Gracias a su composición con un equilibrio óptimo entre nitrógeno, potasio, calcio y boro, además de agentes quelantes, FERKOLOR ayuda a que los frutos maduren de una manera uniforme y escalonada, mejorando la acumulación de azúcares y previniendo de pudriciones apicales y reblandecimientos de la fruta.

En los días de invierno, más cortos, o días nublados, con menos horas de luz, con bajas temperaturas, cuando la planta esté en plena producción, solapándose las fases de crecimiento vegetativo, floración, cuajado, engorde y maduración de frutos, o simplemente cuando las plantas soporten una alta carga productiva, las fresas madurarán de manera más lenta, incluso en ocasiones, con dificultad para alcanzar el color comercial óptimo. En estos casos, junto con BVC 2021 y FERKOLOR, se recomienda la aplicación de FASKOLOR para acelerar los ciclos fisiológicos propios de la maduración, especialmente los relacionados con la síntesis de sustancias colorantes, en este caso, la síntesis de antocianinas, los polifenoles (antioxidantes) responsables de la coloración de las fresas.