Cobre

El Cobre es uno de los vehículos del oxígeno en la planta, actuando de forma similar al hierro en procesos oxidoreductivos.
Es parte estructural de la plastocianina, la proteína del los cloroplastos encargada del transporte electrónico entre el fotosistema II y el fotosistema I, en la fotosíntesis.
Forma parte de la enzima citocromo c oxidasa, la enzima respiratoria responsable de catalizar la transferencia de electrones hasta el oxígeno en las crestas mitocondriales.
El cobre es un componente del complejo enzimático fenolasa, que interviene en la oxidación de fenoles.
También se relaciona el cobre con la biosíntesis de lignina, ya que forma algunos de sus precursores.

ABSORCIÓN
Las raíces absorben el cobre en forma de ión Cu+2 en suelos aireados y como ion cuproso Cu+ en suelos pobres en oxígeno o inundados.
El cobre también puede ser absorbido por la planta vía foliar.
La forma divalente puede formar quelatos tanto en el suelo como en las soluciones nutritivas, por lo que se debe de vigilar para evitar una posible toxicidad.

DEFICIENCIAS

El cobre suele estar siempre disponible en el suelo, por lo que su deficiencia no suele darse con frecuencia.

Los primeros síntomas de la deficiencia del cobre, se manifiestan en las hojas nuevas, debido a la inmovilidad de este micronutriente. En una etapa inicial de esta carencia, las hojas comienzan a enrollarse y a presentar una leve clorosis con puntitos necróticos en algunos casos. Otro de los primeros síntomas de la carencia de este elemento es la reducción de la lignificación, debido a su papel en la biosíntesis de la lignina y la acumulación de fenoles, al ser cofactor de la enzima fenolasa.

Si la carencia avanza, las hojas nuevas serán más pequeñas, sin brillo, pudiendo llegar a su marchitez. Debido al necrosamiento de los meristemos apicales, las ramas lateral pueden ver impedido su desarrollo.

Un exceso de fósforo, potasio y otros micronutrientes puede tener efecto antagónico en la absorción del cobre por la planta.