El sector agrícola almeriense se prepara para arrancar su campaña de otoño con las siembras de pimiento, pepino, calabacín, berenjena y tomate, cultivos que constituyen la base de esta importante zona productora.

La provincia cuenta con una superficie creciente de mas 32.000 hectáreas de invernaderos cuyo aumento medio acumulado es del 1,54% según los registros de los últimos 10 años. La superficie para producción de frutas y hortalizas durante la campaña 2019/2020 fue de casi 61.000 ha, teniendo en cuenta los diferentes ciclos de cultivo, lo que ha supuesto un 3% más respecto a la campaña anterior. Por cultivos, la berenjena aumentó su superficie un 10,5% mientras que el pimiento mantuvo la tendencia al alza iniciada hace 10 años con un aumento del 7,3% de su superficie, situándose por encima del pepino, cuya superficie aumentó en un 4,8%, y del tomate, con una perdida del 9,6% (Fuente: Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Junta de Andalucía).

En general, el volumen de producción hortofrutícola se ha mantenido. Por cultivos, la berenjena y el pimiento se han posicionado a la cabeza con incrementos productivos del 13 y de 7,7%, respectivamente, mientras que la sandía y el tomate han caído un 10,3% en ambos casos; el melón ha contabilizado un descenso del 5,9% y la lechuga del 5% (Fuente: Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Junta de Andalucía).

El volumen de exportación continúa su tendencia al alza, con un crecimiento general del 11,7% con respecto a las 5 últimas campañas, exportando durante toda la campaña más que la media. Concretamente, durante la campaña 2019/2020, la exportación ha supuesto un 80% del volumen total de producción. Alemania se sitúa a la cabeza respecto al destino principal de la producción almeriense, seguida de Francia, Reino Unido, Holanda, Polonia e Italia (Fuente: Dirección General de Aduanas).

Estas producciones tan intensivas requieren de un seguimiento y control fitosanitario muy exhaustivo además de  una nutrición eficiente desde el establecimiento del cultivo. Ahora bien, la cada vez mayor, perdida de materias activas para el control de plagas y enfermedades y las exigencias normativas en el ámbito de los fertilizantes, ponen de manifiesto la importancia en el desarrollo e investigación en dicho sector, con el objetivo de poder reducir el uso de pesticidas. En julio de 2022, entrará en vigor el Reglamento 2019/1009 entre cuyos objetivos destacan: promover la economía circular y la innovación, abordar los problemas de doble uso (bioestimulantes vs fitosanitarios) y aportar seguridad y eficacia a los productos fertilizantes, entre otros.

De aquí se desprende que la función de los bioestimulantes debe consistir en estimular los procesos de nutrición de las plantas con independencia del contenido de nutrientes del producto, con el único objetivo de mejorar una o varias de las siguientes características de las plantas y su rizosfera: (1) eficiencia en el uso de los nutrientes, (2) tolerancia al estrés abiótico, (3) características de calidad y (4) disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo y la rizosfera.

campaña agricola

En el Departamento de Investigación y Desarrollo de Cultifort llevamos años trabajando en líneas de biotecnología funcional para poder ser los primeros en ofrecer al mercado este tipo de bioestimulantes.

Los problemas que debe afrontar un cultivo a inicio de campaña, en general, comienzan con el enraizamiento, primer punto en el establecimiento del cultivo. Un enraizamiento deficiente puede causar un desarrollo desigual de las plantas, con mermas y retrasos en la entrada en producción. En segundo lugar, la planta sufre un estrés post-trasplante. También se puede producir un desarrollo vegetativo excesivo, debido a la necesidad de sombrear y de la persistencia de altas temperaturas que pueden dificultar en cuajado de las primeras flores.

Para ayudar a la planta a superar estos problemas y a potenciar y mantener su actividad metabólica, recomendamos la aplicación de BVC 2021. Su formulación, potenciada por la acción sinérgica de los aminoácidos y las algas en emulsión, incluye también nitrógeno, potasio y azúcares reductores, que aportan energía y facilitan la asimilación de nutrientes por la planta. BVC 2021 promueve el inicio de la actividad fisiológica de la planta y estimula la división celular y la formación de nuevos tejidos, hojas y flores. Gracias a su composición a base de algas marinas, que contienen fitohormonas naturales y otros compuestos como sales minerales, vitaminas, aceites esenciales, proteínas, etc., aumenta la resistencia de la planta frente a condiciones adversas, tales como las que suceden tras el trasplante y durante el establecimiento del cultivo. Gracias a la Biotecnología Activadora CULTITEK, basada en la aportación de precursores de sustancias naturales y a la mejora de los perfiles de sustancias activas, se consiguen efectos más rápidos y potentes respecto a otros bioestimulantes del mercado.

La falta de materia orgánica y las posibles carencias de micronutrientes son otros de los principales problemas a los que se enfrenta el cultivo durante su fase de establecimiento. MICROVITAL – L está indicado para estimular desarrollo radicular y vegetativo de la planta, así como para prevenir deficiencias nutricionales de magnesio, boro, hierro, manganeso y zinc. Se trata de un activador biológico del suelo de origen vegetal rico en complejos orgánicos y moléculas flavonoides, con alta capacidad para mejorar la absorción de los nutrientes presentes en el suelo, debido al efecto de su formulación sobre los parámetros físico-químicos y biológicos del suelo, especialmente sobre la germinación de esporas y la colonización radicular por parte de ciertos hongos micorrízicos.

Gracias a la experiencia acumulada podemos afirmar que las soluciones nutritivas de Cultifort ayudan a mantener los cultivos más fuertes y sanos, consiguiendo aumentar el rendimiento y calidad de las cosechas.